Las Esencias florales se preparan generalmente a partir de una infusión solar de ya sean flores silvestres o flores prístinas de jardín en un cuenco de agua, que luego se somete a sucesivas diluciones y potenciaciones, utilizando brandy como conservante. Un preparado de calidad requiere prestar atención cuidadosa a la pureza del ambiente, la vibración y la potencia de las flores, las condiciones del cielo y metereológicas así como un estudio sensible de las propiedades físicas y energéticas de las plantas a través de sus ciclos de crecimiento.

De aquí la importancia del origen de la Esencia floral ya que su efecto se ejerce a partir de las fuerzas vitales que se derivan de la planta y que están contenidas en la matriz del agua que se utiliza como base. Son diluciones altas que dan cuerpo a los patrones energéticos de cada una de las flores